domingo, 5 de abril de 2009

Gobierno y Fedecámaras, payasos del mismo circo

Para muchos es prematuro aún emitir un juicio de valor sobre si el cambio prometido por el gobierno de Fernando Lugo está en marcha o, simplemente no pasó de ser meras promesas. Puede ser que sea temprano aún. Sin embargo, observando algunos hechos o acciones de los organismos del Estado, me invade una gran frustración, porque ello dista mucho de las acciones que deberían ser emprendidas para llegar al verdadero cambio que la gente común, que Juan Pueblo aguarda con tanta esperanza.
Uno de los casos que me indignó desde el primer momento y me sigue retorciendo el estómago es el gran circo montado por la Federación de Cámaras de Comercio (Fedecámaras) de Ciudad del Este, y representantes de instituciones gubernamentales como el Ministerio de Justicia y Trabajo, Migraciones, Municipalidad de Ciudad del Este y la Gobernación del Alto Paraná. Lamentablemente, nuestro país se convirtió así en “sui generis”, por ser un país donde se firma un convenio en el que las partes se “comprometen” a cumplir las leyes. Con ese convenio firmado en diciembre pasado se otorgó un periodo de “gracia” a las empresas, muchas de ellas nucleadas en la Fedecámaras, para la “formalización” (término que repiten hasta el hartazgo) del comerico o “regularicen” la situación de sus empleados. Planteando de otra manera, estos empresarios, con la anuencia de las autoridades del Gobierno, consiguieron vía libre para seguir manteniendo en sus filas a los extranjeros indocumentados, en su gran mayoría brasileños, que ocupan ilegalmente puestos laborales, en detrimento de la mano de obra paraguaya que está ociosa. Es síntesis, no fue más que una licencia oficial, para seguir incumpliendo las leyes. Más que un chiste de mal gusto, fue una bofetada para la gran cantidad de paraguayos que continúa sin poder a acceder a un puesto de trabajo digno.
Por si todo fuera poco, se “delegó” a los propios empresarios, quienes por años violaron las leyes migratorias y laborales, la realización de un censo para conocer la cantidad de extranjeros ilegales que trabajan en los comercios de Ciudad del Este, resultado a ser utilizado para que los organismos de control puedan cumplir sus funciones. Es lo mismo que un fiscal penal que investiga un homicidio delegue la tarea investigativa al propio sujeto procesado por la comisión del hecho punible, y luego utilice el resultado de esa investigación para formular su acusación.
El resultado era previsible. A casi tres meses después, en una pomposa conferencia de prensa la Fedecámaras presentó días pasado el resultado del “trabajo”, que habla sólo de 1374 extranjeros que están trabajando en forma ilegal en la ciudad. Esta cantidad raya con lo ridículo, pues basta con recorrer cuatro de las principales galerías comerciales del microcentro, para encontrar una realidad totalmente diferente. Es una tomadura de pelo, que paradójicamente, los únicos que se tragaron son los representantes estatales, quienes están supuestamente para velar por el cumplimiento de las leyes.
Este “intento” del gobierno de lograr la legalización de la mano de obra evidentemente fracasará. De hecho que fracasó mucho antes de comenzar, pues nació torcido. Las leyes se cumplen y no se necesita ningún convenio donde las partes se “comprometan” a cumplirlas. Los indocumentados no pueden estar trabajando en nuestro país. Es así de sencillo.
La única explicación que encuentro a todo esto es que no existe una intención real –tanto del Gobierno como del empresariado- de poner fin a esta irregularidad, pues con ello acabarían los grandes negociados que esta situación propicia. Regularizando la documentación de los extranjeros, ya no habría posibilidades para transar. Además, ya no harían falta los pomposos actos donde los empresarios y representantes estatales brindan con vinos, champán y gasesosas donde presentan resultados mentirosos sobre supuestos censos, mientras los trabajadores paraguayos siguen siendo “extranjeros” en su propio país, mirando desde sobre la muralla como las manos de obras ilegales usurpan derechos que les corresponden, además de privarles de la posibilidad de llevar a sus casas el pan de cada día.
La gran cantidad de extranjeros indocumentados que trabajan en forma irregular en nuestra ciudad no es un secreto. Está a la vista de todos. La situación no cambiará, a no ser que los organismos de control comiencen a cumplir con sus obligaciones, de controlar y aplicar las leyes. ¿Es mucho pedir?

3 comentarios:

  1. Por simple curiosidad, pregunto: ¿Cómo funcionan las cosas al otro lado del puente? Digo, ¿qué pasaría si son los paraguayos los que van a trabajar masivamente al otro lado?

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  2. Que lindo este espacio mi amigo, che tavy' omina cuando puedas xfa!!!.... Excelente para "vomitar" toda la mierda que no podemos decir en nuestros medios.... FELICITACIONES!!!!

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  3. mi amigo Ariel, tanto tiempo.. escribí una montón de cosas y al querer enviarte se me fue todo al maso sobre este mismo comentario. estoy totalmente de acuerdo contigo, le diste en el ojo...ya no tengo tanto tiempo para escribirte todo lo que se me borró. un abrazo y saludos a todos los colegas del este....

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