martes, 28 de abril de 2009

Objetivos del milenio, más imposibles que nunca


La desidia y el abandono en su máxima expresión. La humilde escuelita con más de 220 alumnos no cuenta siquiera con sistema de agua potable. A esto se suma que algunas clases se imparten en los pasillos, por falta de aulas.
(Foto: Gustavo Alfredo Galeano)

A seis años del plazo para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, Paraguay está lejos de alcanzarlos. Esto queda demostrado con la palpable realidad en todos los ámbitos, de los que la Educación tampoco escapa. En setiembre del 2000, nuestro país formó parte de la “Cumbre del Milenio” realizada en Nueva York, donde representantes de 191 naciones firmaron la “Declaración de los Objetivos del Milenio”. Entre los ocho grandes objetivos, resalta el compromiso de los Estados de propiciar el alcance de la educación primaria universal. En lo que respecta al Paraguay, una de las metas en ese sentido, es asegurar para el 2015 que todos los niños y niñas tengan la posibilidad de completar la educación primaria. Es decir, erradicar el analfabetismo.
Lejos de alcanzar la meta, el sistema educativo en el país sigue teniendo terribles déficit. Peor aún, no existen señales claras de mejoría. La Escuela “Mango guy”, ubicada en el barrio San Antonio de esta ciudad es prueba contundente de esa realidad. En la institución que cuenta con más de 220 alumnos, funcionan desde el preescolar al 6º grado, distribuidos en tres pequeñas salas de clases. Por la carencia de espacios físicos, los docentes implementan el sistema plurigrados, e incluso, algunas de las clases son dictadas en el pasillo. Los cinco docentes que enseñan en el lugar desde hace más de seis años, lo hacen en carácter ad honorem. El Ministerio de Educación y Cultura no se encargó de proveerles de rubros. “Venimos a enseñar por amor a estos niños. Ellos demuestran que quieren aprender y eso nos motiva. Son chicos pobres, trabajadores de la calle, juntan cartones para ayudar a la familia, que no tendrían donde estudiar si no lo hicieran acá”, explicó la profesora Cinthia Herrera, una de las educadoras, quien trabaja en esta escuela desde hace seis años atrás, sin cobrar nada.
AYUDA
Ante la carencia de rubros, los padres de familias que en su totalidad son muy humildes, realizan actividades tendientes a juntar fondos, con los cuales ayudan a los docentes de vez en cuando. “Tratamos de ayudar como podemos, porque los profesores están dando todo de sí a favor de nuestros hijos”, comentó Miguel Martínez, presidente de la Comisión de Padres. Añadió que en reiteradas ocasiones recurrieron a las autoridades, tanto departamentales como ministeriales, para solicitar los rubros para la institución. “Recibimos lo de siempre: promesas. Pero seguimos esperando”, añadió.
¿APLAZADO?
El caso de la Escuela “Mango guy” (Bajo el mango, nombre que recibió porque la institución, en sus primeros años funcionaba bajo una planta de mango) no es un caso aislado. Es el reflejo de centenares escuelas públicas del país que funcionan en precarias condiciones, fruto de años de desidia gubernamental. El local que cuenta con tres salas donde funciona actualmente fue construido con ayuda de la comunidad libanesa de Ciudad del Este. En estas condiciones, el objetivo de desterrar el analfabetismo antes del 2015 está cada vez más lejos. En síntesis, el Paraguay en este rubro está aplazado.

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