lunes, 30 de noviembre de 2009

Lucha de clases: El doble discurso de los poderosos

En los últimos días, mucho se habló de la lucha de clases en el país. Pero tomó más notoriedad, después que el presidente Fernando Lugo denunciara públicamente que son los acaudalados quienes se oponen al verdadero cambio en el Paraguay. Las reacciones no se hicieron esperar y los diferentes gremios del empresariado se rasgaron la vestidura criticando que el discurso del primer mandatario “insta a la lucha de clases”.

El tema nos invita a plantearnos quiénes son los que en forma permanente instan a una lucha de clases. Acaso ese mismo sector que ahora pega el grito al cielo no está siempre marcando la diferenciación entre ricos y pobres, cuando ni se inmutan por los casos de robos, homicidios y cualquier otra faceta de la inseguridad que afecta a “juan pueblo”, pero patea el tablero cuando se le secuestra a un acaudalado.

Obviamente, espero que Fidel Zavala sea liberado sano y salvo, como desearía que ocurriera con cualquier otra persona que estuviera en su lugar. Es un ciudadano paraguayo más y como tal, no merece pasar por lo que está pasando.

Para mí, el secuestro es otro crimen más, es tan despreciable como lo son los asesinatos, los abusos sexuales, los robos, la corrupción y miles de otros crímenes y delitos. Afecta a ricos y pobres, a trabajadores y desempleados, a patrones y obreros.

Por lo tanto, no debería haber una “estratificación” de los hechos delictivos, que es lo que se ve en la práctica, cuando los gremios de la producción, los empresarios, y otros sectores de la opulencia, apoyados fuertemente por algunos obispos de la Iglesia Católica, saltan de su letargo, salen del cascarón del otro país en que viven y recién se dan cuenta de que existe inseguridad.

Comparto lo dicho en su momento por el titular de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) Juan Néstor Núñez cuándo dijo que “Lugo debe sentirse Presidente de todos los paraguayos, del rico, del pobre, de lo que sea”. Sin embargo, me hubiese gustado escucharlo decir lo mismo en otro contexto, cuando el secuestrado, asesinado o asaltado haya sido “juan pueblo”.

El Presidente Lugo tiene razón cuando dice que algunos sectores acaudalados del país están en contra del verdadero cambio, pues no les conviene que el “status quo” sea alterado. Claro está que no a todos les convendría una verdadera Reforma Agraria, un saneamiento de los sistemas tributarios, o un efectivo control en el uso de agroquímicos, por citar apenas algunos temas vidriosos.

Lo que sí falta es que Lugo actúe con mayor firmeza. Debe implementar ese “cambio” sin vacilar, a cualquier costo, sin dejarse presionar por ningún sector, así como había prometido en su campaña política. El país le agradecerá.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Simplemente, Caetano Veloso

Con un carisma excepcional, Caetano Veloso realizó su primera presentación en Paraguay. Más de 90 minutos de show de primer nivel, donde promocionó las canciones de su nuevo disco Zii e Zie . (Foto: Gustavo Galeano).

Un Caetano Veloso desinhibido y hasta “muy salido del closet” para muchos, pero con un carisma excepcional y talento musical extraordinario se presentó en la noche del viernes, ante un público cosmopolita que colmó las instalaciones de “Nine Bar y Lounge”, de esta ciudad.
La expectativa era grande desde mucho antes. No es para menos. Era la primera presentación en Paraguay de uno de los íconos entre los artistas latinoamericanos.
A medida que se acercaba la hora, la ansiedad del público crecía, hasta que finalmente, con 35 minutos de atraso con relación a lo anunciado, Caetano hace su aparición en el imponente escenario montado para el evento. El público estalló en júbilo, ante la concreción de un sueño tan anhelado, que por mucho tiempo parecía imposible: Caetano Veloso en Paraguay, y mejor aún, en Ciudad del Este.
Tras interpretar su primera canción, el artista saludó en español, no sin antes pedir disculpas al público llegado desde el Brasil. “Se que hay muchos brasileños aquí, también se que los paraguayos que viven en esta zona entienden portugués, pero hoy quiero hablar en español, porque estoy en suelo paraguayo y porque es mi primera vez. Pido disculpas a los brasileños”, expresó, siendo inmediatamente recompensado por el aplauso cerrado del público, compuesto por paraguayos, brasileños, argentinos e incluso árabes.
Fueron poco más de 90 minutos en los que el bahiano realizó un recorrido apasionado por sus temas más vanguardistas que integran su nuevo material discográfico Zii e Zie. No obstante, incluyó algunas canciones de las tradicionales como “Irene”, que la escribió estando exiliado en Londres. Al interpretarla, recordó al ya desaparecido escritor paraguayo Augusto Roa Bastos.
Interpretó dos canciones en español: El tango “Volver” de Alfredo Lepera y “Recuerdos del Ypacaray”, de Zulema de Mirkin, canción ésta, que cómo era de esperarse, fue coreada por el público paraguayo, aumentando la emoción de una noche espléndida.
Caetano, vestido totalmente de blanco y escoltado por tres músicos, cantó y disfrutó del show de comienzo a fin; hizo suyo el escenario donde parecía un ave en pleno vuelo hacia la más absoluta libertad y demostró la experiencia adquirida durante los más de 40 años de vida artística. Incluso, se tomó el tiempo de simular volar en el ala delta, colocado en el fondo del escenario, al interpretar la canción “Arpoador”.. A lua me disse que o meu amor tava me esperando lá no Arpoador...
Fue una noche magnífica donde el calor del público, la genialidad artística, pero con sencillez humana de Caetano y el clima que regaló la madre natura, conspiraron para la concreción de un espectáculo sin precedentes en la región, principalmente para la gente ávida de buena cultura musical.

domingo, 19 de julio de 2009

En el nombre del Padre

La iglesia Católica (al igual que la mayoría de las iglesias de las demás religiones) históricamente, siempre fue y sigue siendo, no sólo el instrumento ideológico de las clases sociales dominantes, sino que también ha acumulado una inmensa riqueza. Estas riquezas tuvieron múltiples fuentes como la venta de la indulgencia, la inquisición y quema de brujas, esclavitud, servidumbre, bendiciones, falsificación de documentos, herencias fraudulentas, el diezmo, venta de cargos eclesiásticos, asesinatos, prostitución y subvenciones de los Estados. Todo ello, claro está, bien camuflado bajo el ropaje del cristianismo; todo, en el nombre del Padre.
A lo largo de su historia, se constituyó en el emporio económico más poderoso del mundo. Es propietaria del segundo tesoro en oro más grande del mundo (por detrás de los Estados Unidos) valorado en 3.500.000.000 de euros, gran parte de ello arrebatada a Suramérica en época de la conquista, a costa de la vida de miles de nativos; con más de cien mil millones de euros en acciones en Wallstreet; una de las mayores terratenientes, con millones de hectáreas tanto en Europa como en América; accionista de consorcios vinculados con negocios en el sector inmobiliario, de construcción, electrónica, cemento, acero, industrias del plástico, textiles, de productos químicos y de alimentos; propietaria de algunos de los más importantes bancos y financieras del mundo.
Hoy, esta gran “empresa económica” sigue en su política de acumular riquezas, que precisamente, no tienen nada que ver con la espiritual. En el plano local, el obispo de la Diócesis de Ciudad del Este, monseñor Rogelio Livieres Plano fundó una Sociedad Anónima, que se dedicará entre otras cosas, al rubro de tratamiento de basura patológica. En este negocio, tiene como socio a su hermano Benjamín LIvieres Plano y Juan Tosi, quien sería el cuñado del líder del movimiento Vanguardia Colorada, Luis Castiglioni. Este fue el proveedor de las máquinas incineradoras, que serán utilizadas en el emprendimiento, según un documento firmado en una escribanía de esta ciudad. Obviamente, esta empresa tendrá más “posibilidades” de ganar las licitaciones de la Municipalidad de Ciudad del Este, por la estrecha vinculación entre el obispo con el clan Zacarías Irún. Desde este año, Livieres también comenzará a producir soja en el departamento de Canindeyú en un inmueble de 200 hectáreas que la Diócesis posee en esa zona del país. A parte de esto, la Diócesis de Ciudad del Este, bajo la administración de Livieres Plano, recibió en cuatro años poco más de 1.600 millones de guaraníes de la Itaipú Binacional, dinero con paradero nada claro. “Es una cifra modestísima, son 46 millones por mes aproximadamente”, al decir del propio Obispo. Éste evidentemente desconoce o hace la vista gorda a la fría estadística que sostiene que el 33% de los paraguayos viven con menos de 2 U$ por día (*), unos 10.000 guaraníes al cambio actual, lo que equivale a 300.000 guaraníes al mes. Es decir, haciendo un cálculo rápido, esa suma “modestísima” podría dar de comer a 153 personas que están subsistiendo con esos dos dólares-día. No se puede olvidar las ayudas que las municipalidades aportan a esta institución religiosa.
La Diócesis tiene personería jurídica. Como tal, es susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones. En ese contexto, tal vez no sea nada reprochable que se dedique a actividades comerciales o financieras. Al menos, no se podría hablar de ilicitud, a no ser que se comprueben los malos manejos de los fondos por parte del Obispo, denunciado por sacerdotes y laicos. Sin embargo, el planteamiento cambia radicalmente cuando los hechos los trasladamos al plano de la moral y los confrontamos con los fines de la Iglesia Católica, institución que asume una condición de la “opción por los pobres”.
Además, si nos planteamos con qué objetivo la Iglesia Católica pretende acumular tanta riqueza, tampoco tendríamos nada halagador. La excusa tal vez sea, que primero hay que "tener" para luego poder "dar". Sin embargo, la realidad nos demuestra lo contrario. Acaso aquel niño que diariamente mendiga en el semáforo céntrico podría tener acceso a cualquiera de los colegios religiosos, donde las cuotas son las más caras?. No lo dejarían entrar, siquiera para refugiarse de la lluvia.
Este contrasentido, esta hipocresía fue así durante miles de años y seguramente, seguirá por muchos más. Los pastores de la iglesia (no solo la católica, claro está) seguirán inculcando el amor al prójimo, al más desposeído, mientras amasan verdaderas fortunas. Pero obvio, todo en el nombre del padre.
(*)Estudio sobre relación entre la población y el desarrollo económico realizado por el Banco Mundial – 2007

viernes, 12 de junio de 2009

Héroes de mi patria, perdón

Desde mi lecho de enfermo me puse a sintonizar algunas radios, mientras hacía zapping en el televisor. En gran parte del Paraguay se realizaban actos conmemorándose la firma del Tratado de Paz, tras tres largos años de guerra con Bolivia. Hace 74 años se ponía fin a una contienda muy sangrienta para el Paraguay. Muchos compatriotas dejaron sus vidas en el campo de batalla, soñando con un país libre, soberano, donde se pueda vivir en democracia y en el que reine la igualdad entre todos los habitantes. Sin embargo, los pocos excombatientes que siguen con vida hoy, en su mayoría vive en la indigencia, olvidados por todos nosotros.
Un excombatiente de aquella contienda, con la mirada perdida en el infinito y con voz quebraba pronunció una frase que, cual si fuera un rayo quema hasta los huesos, y cala en los más profundo del ser. “Aikuaa rire péichataha, iporâve va`êra mo`a amanórire upe Chaco ryguáre (De haberlo sabido que sería así, hubiera preferido haber muerto en el Chaco). Estas palabras me cortaron la respiración, incluso más que esta bronquitis aguda que me tiene a mal traer.
Su rostro parecía doblemente antiguo por los profundos surcos causados por el tiempo, que patentan la difícil vida que le cupo vivir. Las expresiones, tan sinceras y ásperas que fluían desde su corazón, reflejaban la indignación que siente ante tanta indiferencia, ante tantas miserias en que muchos de ellos viven, olvidados por este pueblo que jamás supo valorar en su verdadera dimensión el legado que nos dieron estos hombres, al recuperar nuestro territorio y dejarnos un Paraguay libre y democrático.
Demuestran que para él, al ver cómo se maneja nuestro país, no valió la pena haber sacrificado su juventud para pelear en el campo de batalla con patriotismo y valentía. Estas dos cualidades que hoy día no se observan en las actuaciones de nuestros actores políticos ni sociales.
Esa frase demuestra que estos beneméritos de la patria ya están cansados de tanta hipocresía que se manifiestan cada 12 de junio, en estériles actos y tediosos desfiles. Los pocos héroes encarnados en los abuelitos que ya nos quedan merecen mucho más que eso. Merecen seguros sociales que les permita una asistencia médica permanente y gratuita en cualquier hospital del país y por qué no, visitas periódicas de los médicos hasta sus propias casas; un salario mucho mayor de lo que están cobrando, que les permitan vivir dignamente los últimos años que les restan, salarios que le deberían llegar hasta sus propios domicilios, evitando que formen largas filas en los bancos. Y más allá de esto, tal vez más importante para ellos, el reconocimiento sincero y el respeto de parte de la ciudadanía, que se traduzcan en acompañamientos, en demostración de amor, en compartir momentos, de tal forma que puedan romper la constante soledad en que la vive la mayoría.
Pero, principalmente, merecen que todos asumamos mejor nuestro compromiso en servir al país, con patriotismo y honestidad. Es lo que esperan de nosotros, deseo reflejado en las expresiones de otro excombatiente, quien con emotivas palabras instó a los jóvenes paraguayos a capacitarse, de tal forma a ser más útiles al país.
Mientras, estas verdaderas reliquias vivientes que tenemos viven en la indigencia, un grupo de casi 20 parlamentarios están recorriendo paradisíacas ciudades del mundo entero, costeado con dinero del pueblo, en supuestas misiones oficiales que a toda luz no redundarán en beneficios para el país. Sin ningún reparo, asignaron más de 200 millones de guaraníes en viáticos. Me avergüenzo y no hay perdón por ello.Con el permiso del honorable excombatiente, -pena que desconozco su nombre-, dedico a estos parlamentarios y a todos aquellos que tienen en sus manos la posibilidad de cambiar el destino del país, la frase que pronunciara hoy, con mucha indignación: “Aikuaa rire péichataha, iporâve va`êra mo`a amanórire upe Chaco ryguáre”.

sábado, 30 de mayo de 2009

Pedir peras al olmo

“Por culpa de un coimero, que fue cómplice de la empresa constructora, Florencia hoy, estudia debajo de un mango… BASTA DE IMPUNIDAD… NO MÁS CORRUPCIÓN, Es hora de que el peso de la Ley caiga sobre los responsables”, reza uno de los spots publicitario, acompañado de la foto de una niña escribiendo bajo el árbol.
Entiendo que la intención de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia de la República, responsable de estos spots que salen en los diarios y canales de televisión es la de crear conciencia en la población sobre la necesidad imperiosa de desterrar la corrupción en el país. La intención, de ser así, es plausible.
Sin embargo, el método utilizado no creo sea el más idóneo para, ni siquiera desterrar, sino combatir una práctica tan arraigada en un Paraguay, donde siempre reinó y seguirá reinando quien sabe por cuánto tiempo más, la cultura de que es “normal” que se meta la mano en la lata.
Acaso se pretende, con spots publicitarios, lograr el arrepentimiento de los que por tantos años robaron al país? Esperar esto, sería como pretender secar el Atlántico.
Es ahí que se diluye todo intento de credibilidad hacia las buenas intenciones que pueda existir con estos “avisos” que son pagados con fondos de la Itaipú Binacional. Porque de existir una intención real de combatir la corrupción, no hay vueltas que dar. Se debe castigar con cárcel a aquellos que se enriquecieron a costa del pueblo y recuperar todos los bienes robados al pueblo paraguayo. Esto no se consigue con spots publicitarios, sino con una postura firme y decidida de los que tienen en sus manos impartir justicia en el país.
Porque de lo contrario, todo esto sabe a lo mismo que años anteriores, en que se repartía millones y millones a los medios de comunicación, repartija mimetizada en publicidades estatales, para “anestesiarlos” y así, de alguna manera -en algunos casos más en otros menos- tener el control sobre sus líneas editoriales, principalmente en lo relacionado a las funciones del Gobierno, y más aun, a la gallina de los huevos de oro: Itaipú.
Hubo avances. Antes se destinaban varios millones de dólares en anuncios oficiales, con contenido que vislumbraba un excesivo culto a la personalidad de las autoridades de turno, llámese Presidente de la República o el director de Itaipú. Además se potenciaba a candidatos oficialistas del momento. Esta vez, el monto se redujo a unos 700.000 dólares y los personajes del gobierno no aparecen en los contenidos.
La corrupción sigue campante en diferentes esferas de nuestra sociedad. No en vano, el Paraguay sigue ocupando los primeros lugares en el ránking de los países más corruptos del mundo. En uno de los últimos estudios realizado por el Banco Mundial, “La Gobernabilidad Importa 2007: Indicadores Mundiales de Gobernabilidad 1996-2006”, Paraguay ocupaba el tercer lugar de países más corruptos, detrás de Haití y Venezuela.
Las décadas de corrupción dejaron secuelas evidentes en nuestro país: Un sistema educativo inadecuado y con escasa inversión; uno de los peores sistemas de cuidado a la salud, con una tasa de mortalidad infantil que supera el 26,6% (informe de mayo del 2008 de la CIA – Central Intelligence Agency – The World factbook); cerca de 40.000 niños menores de cinco años desnutridos (datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF), cantidad con que se llena fácilmente el estadio de los Defensores del Chaco y 140.000 niños/as con prevalencia a la desnutrición; escaso nivel de desarrollo en el campo; nula industrialización de las materias primas que se produce, escasa inversión, entre otros indicadores.
La recomendación del estudio del Banco Mundial sostiene, entre otras cosas, que los países de bajos ingresos como el nuestro deben aumentar los recursos y la voluntad política dedicada a los esfuerzos anticorrupción. Esto, obviamente no se logra con simples spots publicitarios. Si existe una verdadera intención de combatir este flagelo, se debe comenzar castigando a los corruptos, con cárcel y recuperar lo robado. Esto, por sobre todas las cosas exige una férrea voluntad política y una gran dosis de patriotismo. La impunidad es el mejor alimento para la corrupción.

viernes, 1 de mayo de 2009

¿Algo que festejar en el día del Obrero?

A lo largo y ancho del país -y presumo también a nivel mundial-, hoy se habla del “festejo” del día de los trabajadores. Es natural, teniendo en cuenta que los paraguayos somos muy proclives en buscar una fecha que nos permita preparar el asadito y regarlo con abundante cerveza. Qué se festeja generalmente no importa, siempre y cuando se pueda disfrutar de un festín, cuánto más en abundancia, mejor.
Sin embargo, es importante detenernos a analizar, al menos mínimamente, qué es lo que se festeja hoy. Hay algo que festejar realmente, o el 1 de mayo no pasa de ser una simple excusa para armar una farra, aquellos que pueden hacerlo, claro está.
Para pensarlo mejor, es necesario plantearnos ciertas interrogantes básicas. Los que tienen trabajo, ¿reciben un salario digno que le garantice a él y a su familia una vida decorosa, salud y educación para sus hijos?; ¿cuentan con seguros sociales, y los que tienen, qué atención reciben cuando llegan para consultar al IPS?; ¿son respetados sus derechos a 8 horas laborales diarios?; ¿las mujeres acaso, para asegurarse un puestito de trabajo en las tiendas de los árabes y chinos, no son obligadas a presentarse a las “entrevistas de trabajo” con minis tan cortas que permiten ver hasta los pensamientos?; ¿o son simples leyendas urbanas que para acceder a algún puesto público no importa la preparación profesional, sino el peso del padrino político?.
Y los que están sin trabajo cómo quedan en esta fecha. Acaso tiene algo que festejar aquel padre de familia que al volver a casa, noche tras noche, debe morderse los labios y llorar de impotencia, al mirar a sus hijos y no poder darles la buena noticia de que consiguió el trabajo que está buscando desde hace ya varios meses?; ¿qué puede festejar aquella jovencita, que sueña con estudiar en la facultad, pero que con el título de bachiller calentito bajo el brazo no puede acceder a un puesto en ningún comercio céntrico minado de extranjeros indocumentados?. Los niños que diariamente pululan en los semáforos de la ciudad, aguardando la presencia de algún ocasional “buen samaritano” para ayudar al sustento de la casa, también tienen algo que festejar?; ¿Acaso, los desempleados deben brindar con agua, y el estómago vacío, cuando los funcionarios de Migraciones, de Justicia y Trabajo y otros entes públicos, con silencios cómplices permiten la impunidad de los extranjeros ilegales que usurpan sus puestos de trabajo?.
A todo esto se suma que este año, el día del obrero sorprende en un escenario poco alentador para los trabajadores. El proyecto de ley presentado por el diputado oviedista Oscar Tuma que pretende modificar dos artículos del Código del Trabajo, busca eliminar la estabilidad laboral, que se consigue tras 10 años de servicios. El objetivo es claro: dar “carta blanca” a las patronales para despedir, cuando se les da las ganas, a los empleados sin respetar siquiera la antigüedad, y obvio, sin pagar la doble indemnización, por la estabilidad.Estas realidades nos hacen presumir que no existe nada por festejar. El 1 de mayo más bien es un día para recordar a los mártires de Chicago. Un día de reflexión, donde la clase trabajadora debe elevar su voz de protesta contra tantas injusticias, marginaciones, y contra la criminalización de las luchas sociales. Ahora más que nunca, los trabajadores debemos estar en permanente alerta. No podemos darnos el lujo de quedarnos en las resacas de tantos festejos sin razones, bajando la guardia, que a su vez permita que nos madruguen este tipo de proyectos que buscan seguir arrebatándonos nuestros derechos.

martes, 28 de abril de 2009

Objetivos del milenio, más imposibles que nunca


La desidia y el abandono en su máxima expresión. La humilde escuelita con más de 220 alumnos no cuenta siquiera con sistema de agua potable. A esto se suma que algunas clases se imparten en los pasillos, por falta de aulas.
(Foto: Gustavo Alfredo Galeano)

A seis años del plazo para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, Paraguay está lejos de alcanzarlos. Esto queda demostrado con la palpable realidad en todos los ámbitos, de los que la Educación tampoco escapa. En setiembre del 2000, nuestro país formó parte de la “Cumbre del Milenio” realizada en Nueva York, donde representantes de 191 naciones firmaron la “Declaración de los Objetivos del Milenio”. Entre los ocho grandes objetivos, resalta el compromiso de los Estados de propiciar el alcance de la educación primaria universal. En lo que respecta al Paraguay, una de las metas en ese sentido, es asegurar para el 2015 que todos los niños y niñas tengan la posibilidad de completar la educación primaria. Es decir, erradicar el analfabetismo.
Lejos de alcanzar la meta, el sistema educativo en el país sigue teniendo terribles déficit. Peor aún, no existen señales claras de mejoría. La Escuela “Mango guy”, ubicada en el barrio San Antonio de esta ciudad es prueba contundente de esa realidad. En la institución que cuenta con más de 220 alumnos, funcionan desde el preescolar al 6º grado, distribuidos en tres pequeñas salas de clases. Por la carencia de espacios físicos, los docentes implementan el sistema plurigrados, e incluso, algunas de las clases son dictadas en el pasillo. Los cinco docentes que enseñan en el lugar desde hace más de seis años, lo hacen en carácter ad honorem. El Ministerio de Educación y Cultura no se encargó de proveerles de rubros. “Venimos a enseñar por amor a estos niños. Ellos demuestran que quieren aprender y eso nos motiva. Son chicos pobres, trabajadores de la calle, juntan cartones para ayudar a la familia, que no tendrían donde estudiar si no lo hicieran acá”, explicó la profesora Cinthia Herrera, una de las educadoras, quien trabaja en esta escuela desde hace seis años atrás, sin cobrar nada.
AYUDA
Ante la carencia de rubros, los padres de familias que en su totalidad son muy humildes, realizan actividades tendientes a juntar fondos, con los cuales ayudan a los docentes de vez en cuando. “Tratamos de ayudar como podemos, porque los profesores están dando todo de sí a favor de nuestros hijos”, comentó Miguel Martínez, presidente de la Comisión de Padres. Añadió que en reiteradas ocasiones recurrieron a las autoridades, tanto departamentales como ministeriales, para solicitar los rubros para la institución. “Recibimos lo de siempre: promesas. Pero seguimos esperando”, añadió.
¿APLAZADO?
El caso de la Escuela “Mango guy” (Bajo el mango, nombre que recibió porque la institución, en sus primeros años funcionaba bajo una planta de mango) no es un caso aislado. Es el reflejo de centenares escuelas públicas del país que funcionan en precarias condiciones, fruto de años de desidia gubernamental. El local que cuenta con tres salas donde funciona actualmente fue construido con ayuda de la comunidad libanesa de Ciudad del Este. En estas condiciones, el objetivo de desterrar el analfabetismo antes del 2015 está cada vez más lejos. En síntesis, el Paraguay en este rubro está aplazado.

domingo, 5 de abril de 2009

Gobierno y Fedecámaras, payasos del mismo circo

Para muchos es prematuro aún emitir un juicio de valor sobre si el cambio prometido por el gobierno de Fernando Lugo está en marcha o, simplemente no pasó de ser meras promesas. Puede ser que sea temprano aún. Sin embargo, observando algunos hechos o acciones de los organismos del Estado, me invade una gran frustración, porque ello dista mucho de las acciones que deberían ser emprendidas para llegar al verdadero cambio que la gente común, que Juan Pueblo aguarda con tanta esperanza.
Uno de los casos que me indignó desde el primer momento y me sigue retorciendo el estómago es el gran circo montado por la Federación de Cámaras de Comercio (Fedecámaras) de Ciudad del Este, y representantes de instituciones gubernamentales como el Ministerio de Justicia y Trabajo, Migraciones, Municipalidad de Ciudad del Este y la Gobernación del Alto Paraná. Lamentablemente, nuestro país se convirtió así en “sui generis”, por ser un país donde se firma un convenio en el que las partes se “comprometen” a cumplir las leyes. Con ese convenio firmado en diciembre pasado se otorgó un periodo de “gracia” a las empresas, muchas de ellas nucleadas en la Fedecámaras, para la “formalización” (término que repiten hasta el hartazgo) del comerico o “regularicen” la situación de sus empleados. Planteando de otra manera, estos empresarios, con la anuencia de las autoridades del Gobierno, consiguieron vía libre para seguir manteniendo en sus filas a los extranjeros indocumentados, en su gran mayoría brasileños, que ocupan ilegalmente puestos laborales, en detrimento de la mano de obra paraguaya que está ociosa. Es síntesis, no fue más que una licencia oficial, para seguir incumpliendo las leyes. Más que un chiste de mal gusto, fue una bofetada para la gran cantidad de paraguayos que continúa sin poder a acceder a un puesto de trabajo digno.
Por si todo fuera poco, se “delegó” a los propios empresarios, quienes por años violaron las leyes migratorias y laborales, la realización de un censo para conocer la cantidad de extranjeros ilegales que trabajan en los comercios de Ciudad del Este, resultado a ser utilizado para que los organismos de control puedan cumplir sus funciones. Es lo mismo que un fiscal penal que investiga un homicidio delegue la tarea investigativa al propio sujeto procesado por la comisión del hecho punible, y luego utilice el resultado de esa investigación para formular su acusación.
El resultado era previsible. A casi tres meses después, en una pomposa conferencia de prensa la Fedecámaras presentó días pasado el resultado del “trabajo”, que habla sólo de 1374 extranjeros que están trabajando en forma ilegal en la ciudad. Esta cantidad raya con lo ridículo, pues basta con recorrer cuatro de las principales galerías comerciales del microcentro, para encontrar una realidad totalmente diferente. Es una tomadura de pelo, que paradójicamente, los únicos que se tragaron son los representantes estatales, quienes están supuestamente para velar por el cumplimiento de las leyes.
Este “intento” del gobierno de lograr la legalización de la mano de obra evidentemente fracasará. De hecho que fracasó mucho antes de comenzar, pues nació torcido. Las leyes se cumplen y no se necesita ningún convenio donde las partes se “comprometan” a cumplirlas. Los indocumentados no pueden estar trabajando en nuestro país. Es así de sencillo.
La única explicación que encuentro a todo esto es que no existe una intención real –tanto del Gobierno como del empresariado- de poner fin a esta irregularidad, pues con ello acabarían los grandes negociados que esta situación propicia. Regularizando la documentación de los extranjeros, ya no habría posibilidades para transar. Además, ya no harían falta los pomposos actos donde los empresarios y representantes estatales brindan con vinos, champán y gasesosas donde presentan resultados mentirosos sobre supuestos censos, mientras los trabajadores paraguayos siguen siendo “extranjeros” en su propio país, mirando desde sobre la muralla como las manos de obras ilegales usurpan derechos que les corresponden, además de privarles de la posibilidad de llevar a sus casas el pan de cada día.
La gran cantidad de extranjeros indocumentados que trabajan en forma irregular en nuestra ciudad no es un secreto. Está a la vista de todos. La situación no cambiará, a no ser que los organismos de control comiencen a cumplir con sus obligaciones, de controlar y aplicar las leyes. ¿Es mucho pedir?