lunes, 30 de noviembre de 2009

Lucha de clases: El doble discurso de los poderosos

En los últimos días, mucho se habló de la lucha de clases en el país. Pero tomó más notoriedad, después que el presidente Fernando Lugo denunciara públicamente que son los acaudalados quienes se oponen al verdadero cambio en el Paraguay. Las reacciones no se hicieron esperar y los diferentes gremios del empresariado se rasgaron la vestidura criticando que el discurso del primer mandatario “insta a la lucha de clases”.

El tema nos invita a plantearnos quiénes son los que en forma permanente instan a una lucha de clases. Acaso ese mismo sector que ahora pega el grito al cielo no está siempre marcando la diferenciación entre ricos y pobres, cuando ni se inmutan por los casos de robos, homicidios y cualquier otra faceta de la inseguridad que afecta a “juan pueblo”, pero patea el tablero cuando se le secuestra a un acaudalado.

Obviamente, espero que Fidel Zavala sea liberado sano y salvo, como desearía que ocurriera con cualquier otra persona que estuviera en su lugar. Es un ciudadano paraguayo más y como tal, no merece pasar por lo que está pasando.

Para mí, el secuestro es otro crimen más, es tan despreciable como lo son los asesinatos, los abusos sexuales, los robos, la corrupción y miles de otros crímenes y delitos. Afecta a ricos y pobres, a trabajadores y desempleados, a patrones y obreros.

Por lo tanto, no debería haber una “estratificación” de los hechos delictivos, que es lo que se ve en la práctica, cuando los gremios de la producción, los empresarios, y otros sectores de la opulencia, apoyados fuertemente por algunos obispos de la Iglesia Católica, saltan de su letargo, salen del cascarón del otro país en que viven y recién se dan cuenta de que existe inseguridad.

Comparto lo dicho en su momento por el titular de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) Juan Néstor Núñez cuándo dijo que “Lugo debe sentirse Presidente de todos los paraguayos, del rico, del pobre, de lo que sea”. Sin embargo, me hubiese gustado escucharlo decir lo mismo en otro contexto, cuando el secuestrado, asesinado o asaltado haya sido “juan pueblo”.

El Presidente Lugo tiene razón cuando dice que algunos sectores acaudalados del país están en contra del verdadero cambio, pues no les conviene que el “status quo” sea alterado. Claro está que no a todos les convendría una verdadera Reforma Agraria, un saneamiento de los sistemas tributarios, o un efectivo control en el uso de agroquímicos, por citar apenas algunos temas vidriosos.

Lo que sí falta es que Lugo actúe con mayor firmeza. Debe implementar ese “cambio” sin vacilar, a cualquier costo, sin dejarse presionar por ningún sector, así como había prometido en su campaña política. El país le agradecerá.

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